Badalona es uno de los municipios más grandes de Cataluña y está prácticamente unido con Barcelona. Sin embargo, a diferencia de otras poblaciones que por su proximidad han sido absorbidas por la metrópoli, ha sabido conservar un encanto especial y carácter propio.
Probablemente una de las claves para que haya sucedido esto es su curioso emplazamiento geográfico. Está situada en la vertiente marítima de la cordillera de Marina, donde se encuentra el monasterio de Sant Jeroni de la Murtra. Un municipio en el que hay mar, montaña y varias rieras que atraviesan el término municipal hasta llegar a la playa.

Como tantas ciudades próximas a grandes centros urbanos como Barcelona, Madrid o Bilbao, durante el siglo XX experimentó un gran crecimiento de actividad industrial, comercial y por supuesto de población.

Este crecimiento acelerado, muy intenso a partir de los años 50, ha hecho que la Badalona actual se divida en varias zonas claramente diferenciadas. Estas separaciones no son únicamente simbólicas o estéticas sino físicas, siendo un reto que debería resolverse en un futuro.

Así, encontramos la Badalona histórica y marítima que define el centro histórico de la ciudad.  Con sus plazas medievales conecta con el eje comercial y administrativo de la ciudad, conocido como Baix a Mar  y donde está el Ayuntamiento de Badalona. Desde allí parte la calle del Mar, que es la calle más comercial y sin duda una de las más animadas. Termina en la Rambla de la ciudad, un paseo lleno de palmeras en el que encontramos muchos bares y restaurantes.

El paseo marítimo, aunque está interrumpido por la vía del tren, bordea una de las playas más emblemáticas de la zona. De hecho, el litoral de Badalona tiene las que  están consideradas como las mejores playas urbanas de la comarca del barcelonés. La construcción de este paseo marítimo y la intención de conectarlo con el puerto de Barcelona han mejorado la zona y han eliminado los últimos vestigios de la era industrial que quedaban.

Estos vestigios, que recuerdan un pasado industrial y en muchas ocasiones de espaldas a litoral de la ciudad,  se observan en barrios como Progrés que simbolizan la zona industrial de la ciudad. Aquí podemos ver fábricas antiguas cuyas chimeneas se han conservado y otras que aún siguen en funcionamiento, como la del famoso Anís del Mono situadas en primera línea de playa.

En este barrio podemos ver uno de los símbolos de la ciudad, el Puente del Petróleo o Pont del Petroli. Un antiguo pantalán construido para descargar de combustible y otros productos petrolíferos a los barcos cisterna. Con lo años, pasó a ser propiedad del ayuntamiento y hoy es un lugar precioso para pasear “por encima del mar” y que ha aparecido en multitud de fotografías, vídeos y productos audiovisuales.

Por último, está la Badalona Norte, que está separada físicamente del resto de la ciudad por la autopista C-31 entre Barcelona y Mataró. Estos barrios, como el barrio de la Salut,  que además son los más poblados están de alguna manera desconectados del centro de la ciudad debido a la escasez de pasos subterráneos.

Siguiendo la estela de otros municipios con las mismas características, Badalona ha optado por virar su economía hacia el sector terciario, apostando por el comercio. Así, en Badalona hay grandes centros comerciales y de ocio como el centro comercial Montigalà y el más reciente Màgic Badalona.

Este último, ligado al Club Joventut de Badalona, ya que la ciudad aspira a llegar a ser la capital europea del baloncesto. También se ha reformado el área próxima al Pabellón Olímpico Municipal y en la ciudad hay muchas canchas municipales, ya que es uno de los deportes favoritos de los badaloneses.

Porque no hay que olvidar que Badalona es el hogar de uno de los clubes de basket con más tradición de España, el Joventut de Badalona. La Penya, como se le conoce, fue fundado en 1930, es uno de los tres fundadores de la liga ACB y  es la cuna de grandes estrellas del baloncesto catalán y español.